El acuerdo paritario de los empleados de comercio, ya firmado por empresarios y sindicatos, fue frenado por el Ejecutivo nacional. Gremios del conurbano bonaerense denuncian aprietes del ministro Caputo y del secretario Cordero para imponer una “paritaria cero”. Mientras las bases se organizan, el conflicto escala y ya se habla de un paro general. Axel Kicillof y el Ministerio de Trabajo bonaerense respaldaron el reclamo.
La bronca se multiplica en los supermercados, shoppings y mayoristas del conurbano bonaerense. Los gremios de empleados de comercio están al borde de un paro general, luego de que el Gobierno nacional se negara a homologar un acuerdo paritario que ya estaba cerrado entre las partes.
El aumento en discusión es irrisorio: apenas un 1,9%, muy por debajo de la inflación. Pero ni eso están dispuestos a reconocer desde el Ejecutivo, donde —según denuncian los gremios— presionan a empresarios para que desconozcan su propia firma. El objetivo: imponer la lógica de “salario cero”.
Julio Rubén Ledesma, del Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio (SEOCA), fue contundente: “Agotamos todas las instancias. El estómago no espera, por lo tanto vamos a reaccionar en función del estómago”. La paciencia se terminó.
Presiones, aprietes y un Estado ausente
Desde Quilmes, Berazategui y Florencio Varela, el dirigente Roberto Rodríguez también denunció el destrato: “La paritaria que intentan desconocer es de apenas 1,9%. Es una miseria, y aun así la pisan. El gobierno nos toma el pelo”.
Los sindicatos previeron la maniobra y dejaron asentado en el acuerdo un artículo que garantiza el pago del aumento incluso sin homologación. Sin embargo, muchas empresas se escudan en las presiones oficiales para incumplir.
La denuncia apunta directamente al ministro de Economía, Luis Caputo, y al secretario de Trabajo, Julio Cordero (ex abogado del Grupo Techint), señalados como los responsables de operar contra los derechos laborales.
“Nos están apretando”, habría confesado un empresario a Ledesma en una reunión privada. El sindicalista fue más lejos: “Esto es canallesco. Ya atacaron la cultura, la educación, la salud, el salario… ahora nos quieren quebrar”.
Apoyo bonaerense y asambleas en marcha
En contraste con la pasividad del Gobierno nacional, la provincia de Buenos Aires ratificó el acuerdo y exigió su cumplimiento. El dictamen favorable del Ministerio de Trabajo bonaerense llegó tras una reunión entre Ledesma, la vicegobernadora Verónica Magario y el ministro Walter Correa.
La respuesta en las bases fue inmediata: asambleas masivas, mandatos de paro, y un clima de lucha que crece. SEOCA —que organiza a trabajadores desde Morón hasta Marcos Paz— ya anunció que si no hay cambios, lanzará un paro de 24 horas.
En Mar del Plata y la Costa Atlántica, la situación no es distinta. Guillermo Bianchi, secretario general de la regional, confirmó que llevan más de diez días en estado de alerta y movilización. “Si no se paga el aumento, vamos a profundizar las medidas”, advirtió.
La CGT y Cavalieri, en el banquillo
El conflicto también expone a la conducción nacional del gremio. La Federación Argentina de Empleados de Comercio (FAECYS), liderada por Armando Cavalieri, está bajo fuego por parte de las regionales, que exigen una postura más firme y acciones concretas.
Ledesma, sin vueltas, cuestionó a la CGT: “Primero tienen que elegir a un secretario general que sea impoluto, que diga lo que el pueblo siente. Después, que convoquen a un paro general de verdad”.
El modelo Milei: salarios congelados, trabajadores disciplinados
Mientras Milei viaja y celebra su show internacional, la realidad en Argentina se tensa. El Ejecutivo sabotea aumentos irrisorios, desfinancia áreas sensibles y busca disciplinar a los trabajadores con hambre y miedo. Pero la reacción parece inevitable: el gremio más grande del país ya se prepara para una pelea frontal.
Fuente Grupo La Provincia